Jayda- Que tenga que venir hasta aquí...
Pierre- Buenas Jayda, ¿Quieres tomar algo?
Jayda- Lo que quiero es que me digas ¿Por qué coño no respondes mis llamadas?
Pierre- Jayda, bájale a la intensidad ¿Quieres? Ya te respondí anoche, no encontré lo que buscabas... Tendrás que buscarlo en otro lado o mandar a otra persona para que te ayude.
Pierre- Acompáñame, hablemos.
Pierre- Tú y yo antes éramos amigos... Antes de tus locuras y esa obsesión con el dinero ¿Cuándo te desviaste? Porque todo esto ni siquiera es por tu hijo... Que tendría que resolverlo el, no tú.
Jayda- No he venido para que me juzgue un hechicero frustrado, te pedí algo y no has querido ayudarme.
Pierre- ¿Y Cuándo me has ayudado tú? Siempre has estado ahí, dando órdenes, ni siquiera dejas otras opciones a decirte que sí...
Pierre- Te vuelvo a repetir ¿Todo es por el puto dinero? ¿Cuánto supuestamente te ha robado la chica? No espérate, no te lo ha robado, el inepto de tu hijo se lo ha dado.
Jayda- Tú sabes que yo nunca he tenido dónde caerme muerta, me ha costado mucho tener lo que tengo... Y he matado mucho literalmente por ello también, lo demás sobra... Y ella tiene algo que es mío.
Pierre- Vuelta la burra al trigo, ella no te ha quitado nada... En fin, da igual... ¿Si te ayudo a conseguir ese dinero la dejarás en paz?
Jayda- Ella me da igual, consigue el dinero y me olvidaré que existe... A todo esto, ¿Por qué ese interés de repente? Hasta anoche no la conocías ¿Tan bien folla que te ha dejado tonto?
Pierre- Ya que tú no eres sincera conmigo, yo también me reservo ese derecho.
Jayda- ¿Qué tiene? A mi hijo le pasó igual... Fue conocerla y perdió la cabeza.
Pierre- Vete, tu no eres capaz de ver más allá de tu propia nariz.
Jayda- Si no fueses así, podrías haber llegado muy lejos...
Pierre- Prefiero estar cómo estoy, siendo la persona que soy Jayda.
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